Carlos Arturo Rodríguez Diaz
Tenemos instituciones del siglo XIX, con paradigmas del siglo XX, para gobernar sociedades complejas del siglo XXI.
Es bueno recordar que para tener una buena gobernanza se hace necesario construir puentes y más, en tiempos de confrontación como los que estamos viviendo en América latina y en particular, en Colombia y en los Estados Unidos, donde la crispación está llegando a niveles tóxicos, en los que las personas se atrincheran en sus grupos y odian a los otros, lo que preocupa porque estos alinderamientos han sido la antesala de múltiples violencias. Lo cierto es que, en Colombia se vive una situación similar a la de Estados Unidos, que responde a una tendencia Regional en la que el crecimiento de la polarización política en las últimas dos décadas en Latinoamérica está por encima del promedio mundial.
En este contexto, vemos que la derecha tradicional claudica ante las exigencias de la ultraderecha que toma ventajas; el liberalismo se destiñe, los conservadores decaen, la socialdemocracia se desdibuja y la izquierda se ideologiza. Además, se declara la guerra comercial y Europa se rearma.
Para entender un poco más el contexto en el que se lleva a cabo el miedo a la coincidencia, al acuerdo o al consenso, es preciso recordar que hoy tenemos instituciones del siglo XIX, con paradigmas del siglo XX, para gobernar sociedades complejas del siglo XXI. Ahora, los ciudadanos están exigiendo a las democracias mejores procedimientos de participación y cuantificables resultados en áreas específicas como; empleo, seguridad social, educación, igualdad de género, pensiones dignas, seguridad ciudadana y Derechos a las minorías étnicas.
Las nuevas tecnologías cambiaron totalmente la forma de entender y hacer política. En el siglo XX y a comienzos del XXI era vertical: habla el líder para orientar la línea política, el partido define y la ciudadanía escucha y opina cuando hay elecciones. En la actualidad, en cambio, la política tiende a ser más participativa y horizontal.
Por estas razones, para tener una buena gobernanza hay que invertir a tiempo, porque más adelante el precio puede ser muy alto. El precio de la gobernanza es; Democracia, Derechos, Equidad, Inversión, Crecimiento, Diálogo y Negociación.
A los demócratas nos corresponde tender puentes y afianzar el Dialogo para fortalecer la democracia y ayudar a construir un proyecto que, reconstruya la comunidad política internacional, que afiance el multilateralismo y, por tanto, repiense el modelo de libre mercado. Trabajemos por convertir los tiempos tormentosos en espacios de confluencias que convoquen a todos los sectores políticos y democráticos para articular un proyecto de país.
Hoy frente a las guerras y la ofensiva del odio, la ciudadanía se aferra al pluralismo; no quiere pensar igual, desea caminar junto a otros para ganar derechos, ensanchar la democracia y afianzar la Agenda Social.
Resulta necesario establecer un equilibrio entre el rol del Estado, el bien común de la sociedad, las necesidades de los individuos y el rol dinamizador del mercado. Las grandes desigualdades sociales requieren rectificación. La estabilidad democrática pasa por hacer del diálogo y de la negociación un principio rector para fortalecer la convivencia. Así las cosas, el consenso no puede ser una acción retorica sino una urgencia estratégica.
Carlos Arturo Rodríguez Diaz
Exdirector Regional OIT – Expresidente CUT
