Alexander Velásquez
Cada cierto tiempo los políticos colombianos reviven el fantasma de la reelección, hoy en boca de la senadora Paloma Valencia, quien ha dicho que “si Petro se puede reelegir, Uribe también”, a través de una eventual Constituyente.
Las palabras de la congresista caucana, nieta del expresidente Guillermo León Valencia, dejan claro que no hay en el Centro Democrático (CD) una figura relevante que saque al uribismo de su mala hora, y entonces sus seguidores siguen creyendo que el único salvador posible se llama Álvaro Uribe Vélez, de cara a las presidenciales del 2026.
Olvida la senadora un detalle no menor: por ahora el expresidente estaría con un pie en la cárcel, pues la Fiscalía solicitó esta semana, ante el Juzgado 44 Penal de Bogotá, su condena por tres delitos ligados a presuntos hechos de manipulación de testigos, y olvida también que un compañero suyo, precandidato presidencial igual que ella, sigue en cuidados intensivos en la clínica Santa Fe tras el intento de asesinato del que fue víctima el pasado 7 de junio.
No hay forma de saber qué tanto les importe en el fondo la salud de Miguel Uribe Turbay a sus posibles contendores, lo que sí sabemos es que desde el principio ha sido un rival incómodo para aquellos que se hacen llamar uribistas pura sangre. Según la entrevista de Julio Sánchez Cristo, recogida por la revista Cambio el 3 de mayo, la propia Paloma Valencia “cuestionó duramente al exsenador José Obdulio Gaviria y al equipo político de Miguel Uribe Turbay por su propuesta para definir el candidato único del Centro Democrático a través de una serie de encuestas progresivas”.
Añade la revista: “Finalmente, se mostró confiada en sus posibilidades dentro del proceso interno y cerró con una afirmación contundente: “Estoy segura de que el candidato va a ser una mujer”.
Después del 7 de junio el ajedrez político se tornó incierto para el CD.
Entre líneas, la senadora Valencia también insiste en que Gustavo Petro busca reelegirse, cosa que el presidente ha descartado varias veces y en múltiples escenarios.
Sin argumentos ni propuestas para encarar con seriedad una campaña presidencial, es apenas lógico preguntarse ¿por qué el único tema de conversación que propone la oposición tiene que ver con la figura de Gustavo Petro? Es decir, les cuesta trabajo pronunciar una frase sin incluir su nombre.
Si los debates van a girar en torno al presidente, el gran perdedor será el país que se quedará sin conocer las propuestas reales de sus detractores, más allá del afán por recuperar el poder. A la fecha hay alrededor de treinta posibles aspirantes, una cifra descomunal, nunca antes vista, lo que en primer término revela el alto nivel de desempleo que ronda a la clase política, para decirlo jocosamente, aunque desde ya se anticipa que la inmensa mayoría, sin la mínima posibilidad de arañar nada en las encuestas, lo hace para hacer bulto a la hora de respaldar al candidato único de la Derecha que podría hacerle contrapeso al candidato que diga Petro por los lados de la Izquierda.
Todavía es muy temprano para inquirir cómo les afecta, políticamente hablando, la situación personal de Miguel Uribe Turbay a sus oponentes dentro del uribismo.
Creo que los otros precandidatos del CD (María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Paola Holguín y Andrés Guerra) se deben sentir maniatados, por ahora, y puede ser que lo estén por largo rato hasta no saber cuándo volverá Miguel Uribe al ruedo político. Téngase en cuenta, además, que el Consejo Nacional Electoral (CNE) fijó para el 26 de octubre la fecha para que los partidos adelanten consultas populares, internas o interpartidistas para escoger candidato oficial.
Haciendo cuentas, hay una noticia que llamó mi atención. Entrevistado por un medio nacional, el médico neurocirujano de trauma Andrés M. Rubiano, miembro de la Asociación Colombiana de Neurocirugía, explicó el pasado 10 de junio un posible escenario para el paciente Miguel Uribe “siempre y cuando su evolución siga el curso esperado”.
De acuerdo con el especialista, “para poder hablar con certeza sobre el estado final del paciente, es necesario esperar un periodo de hasta seis meses, e incluso, en algunos casos, la recuperación puede extenderse hasta dos años”.En el mejor de los escenarios, los seis meses se cumplirían a principios de diciembre, por lo que surge un interrogante obvio: ¿Qué decisión tomará el Centro Democrático para la consulta de octubre? ¿Es posible pensar en unas elecciones sin el nombre de Miguel Uribe Turbay en el tarjetón? ¿O escogerán candidato antes de que la clínica le dé el alta? Ahí les dejo ese trompo.