Octavio Cruz
Frustrados con los resultados hasta ahora obtenidos, fácilmente observables, a la par de ser demasiado tangibles a raíz de los modelos políticos utilizados hasta la fecha, intentados en medio de naciones equivocadamente denominadas libres y democráticas, porque económicamente están determinadas, al estar supeditadas a una esclavitud procedimental en favor del capitalismo individual, pudiéndose mencionar sobre estos cimientos el caso particular de Colombia, un país rico y variable del cual somos parte, sometidos desde su fundación a la dictadura de los intereses financieros, además de privatizadores de lo común y lo público, con la absurda falacia de que lo público siempre ha sido mas propenso a la corrupción que lo privado, caso especifico de los ahora mal llamados servicios públicos, porque son todos privados, los cuales han sido hasta cierto grado los responsables, luego de su privatización, de su desmembramiento, desunión, disolución y sometimiento desde la manipulación de sus sociedades internas, incapaces éstas de reaccionar con formas colectivas, contrarias al atropello social al cual se han visto por lo regular determinadas y manipuladas a través de falsos liderazgos políticos, quienes en realidad siempre han estado al servicio de los capitales privados, principalmente locales, y éstos desgraciadamente a los extranjeros.
Ante semejante escenario desordenado, descontrolado y truculento pretendemos encontrar unos métodos administrativos que brinden soluciones y alternativas a los ciudadanos que los habitan, estando ya éstos por lo general acostumbrados y resignados a vender sus fuerzas de trabajo como única alternativa u opción para generar bienestar individual y familiar sin siquiera llegar a considerar como opción la prosperidad colectiva. Frente a la pregunta, ¿qué hacer? surgen a grandes rasgos posibles respuestas:
1- Recuperar el manejo, control y la prestación de los servicios públicos por parte de los Estados, los cuales tienen que estar concentrados y obligados en brindar bienestar general, a través de los gobiernos regionales y locales, como son los casos del agua potable, energía eléctrica, gas domiciliario, alcantarillado, alumbrado público en general y un largo listado de servicios hoy privatizados.
2- Los sistemas y programas de salud y educación en general, aunque en algunos casos específicos puedan ser privados, tienen que propender por la aplicación de una cobertura universal bajo la supervisión de instituciones estatales. Igual tiene que suceder con la justicia y demás ramas e instituciones encargadas de vigilar y aplicar las leyes y normas para garantizar limites a las ambiciones particulares.
3- La red de infraestructura puede ser hibrida, o sea que en las poblaciones pequeñas, en las que los desarrollos son menores, su crecimiento y construcción esté a cargo del Estado, y en los grandes centros poblacionales apelar, bajo control estatal, a la colaboración y participación de los capitales privados internos o extranjeros.
4- Los planes de desarrollo tienen que estar y ser hilvanados desde la educación y la academia superior, haciendo que la industria local sea la meta y el zumo de las posibilidades de los egresados, para que proceda de manera simbiótica con las universidades y demás centros educativos con carácter tecnológico, conduciendo aceleradamente a la industrialización y tecnificación de toda la producción primaria del país, no se puede admitir ni permitir que las materias primas de nuestros recursos naturales en su gran mayoría salgan hacia el extranjero sin ser primero transformadas internamente.
5- Se hace urgente deslindar a los partidos políticos de las campañas electorales, garantizando que los políticos que llegan al congreso, asambleas y concejos estén totalmente alejados, blindados y deslindados de las manipulaciones y efectos que persiguen los intereses corporativos y privados, pretendiendo incidir directamente en las políticas públicas, las cuales tienen que nacer consensuados desde los entes legislativos.
Para no extenderme, porque el asunto da para escribir arrumes de tomos y libros, además de acepta límites intelectuales, reconozco y sé que lo anterior planteado no cubre todas las instancias, necesidades y requerimientos, apenas es un bosquejo para proponer volvernos un país y un mundo más avanzado en justicias y equidades colectivas, pero por algo se empieza.