Carlos E. Lagos Campos
A pocos días de que la jueza tolimense Sandra Liliana Heredia emita el sentido del fallo el próximo 28 de julio en el caso del expresidente Álvaro Uribe Vélez, acusado de fraude procesal y soborno de testigos, se ha desatado una oleada de presiones que ponen en jaque la independencia judicial. Como voz comprometida con una justicia libre de ataduras, me indigna ver cómo periodistas, políticos, con su pluma al servicio de intereses personales, intentan convertir el estrado de Heredia en un campo de batalla para las causas de Uribe, un hombre que ha moldeado el estado de opinión a su antojo durante décadas.
El ejemplo más descarado lo encontramos en Juan Lozano, director de La FM y excongresista, quien el 21 de julio publicó en El Tiempo una carta abierta a la jueza. Con un tono paternalista que raya en la insolencia, Lozano “aconseja” a Heredia fallar en derecho mientras siembra dudas sobre su imparcialidad y cuestiona a los testigos de la Fiscalía sin sustento jurídico sólido. Su narrativa, cargada de sesgos políticos, no es más que un intento de presionar a la magistrada para absolver a Uribe. Desde mi trinchera, denuncié este abuso en X: “La carta de @JuanLozano_R a la juez Heredia es un abuso: presiona con tono paternalista, cuestiona su imparcialidad y usa narrativa política sin sustento jurídico. Socava la justicia y el debido proceso en el caso #Uribe. #JusticiaIndependiente”. Esta intromisión no es periodismo; es un ataque directo al debido proceso.
Pero Lozano no actúa solo. Una carta firmada por 38 juristas pide la absolución de Uribe, calificando el “Caso del Siglo” como un lawfare orquestado por la izquierda y el senador Iván Cepeda. Sin embargo, la Fiscalía sostiene que Uribe y su abogado Diego Cadena sobornaron testigos para desacreditar a Cepeda, un proceso iniciado por la Corte Suprema de Justicia en 2018. ¿No es Uribe el verdadero maestro del lawfare, usando su influencia mediática para deslegitimar a sus oponentes? Su renuncia al Senado en 2020, vista como una estrategia para mover el caso a un tribunal más favorable, lo confirma.
En este contexto, la crítica general de Vladdo (Vladimir Flórez), el caricaturista que ha satirizado al uribismo, resuena. Aunque no ha escrito a Heredia, sí criticó los diferentes esfuerzos por presionar a la juez, en el pasado sus dibujos han expuesto cómo la justicia se ha convertido en un circo bajo la influencia de Uribe. Su humor, aunque valioso, también alimenta el espectáculo que debemos evitar. La jueza necesita paz, no reflectores.
Heredia, orgullo tolimense, merece respeto. Las presiones de Lozano, los juristas y hasta congresistas como Bernie Moreno de Estados Unidos son un cerco inaceptable. Exijimos que cesen estos arrebatos. La justicia no es un títere de periodistas ni un trofeo de Uribe. Que Heredia falle con libertad, guiada por la ley y las pruebas, no por los ecos de un poder que se resiste a ceder. #JusticiaIndependiente es nuestra lucha.