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Instrucciones para liderar una encuesta sin mover un dedo

Alexander Velásquez

No hay que fingir sorpresa: el ruido mediático puso al joven político bogotano a liderar las encuestas, a pesar de que el pronóstico sobre su salud es reservado tras al atentado del 7 de junio. Vicky Dávila está de segunda y en descenso. No ve uno al presidente Petro afanado por ungir candidatos.

“Logre que otros trabajen por usted. Pero no deje nunca de llevarse los laureles”, aconseja la séptima ley de Las 48 leyes del poder, libro inspirado en El Príncipe, de Nicolás Maquiavelo.

Encuestas no son votos y el camino será largo y culebrero de aquí a elecciones, en mayo del 2026.

Se estaban demorando los encuestadores. Creo que lo pensaron mucho antes de atreverse a preguntarle a la gente por sus favoritos en la carrera presidencial, teniendo en cuenta que apenas se cumplió un mes del intento de asesinato contra Miguel Uribe Turbay durante un mitin en Bogotá, que hoy lo tiene en la pool position liderando la intención de voto según las firmas Guarumo y EcoAnalítica.

Se ha resuelto así uno de los grandes enigmas políticos del año: qué pasará con el Centro Democrático si su sensei, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, es condenado por tres delitos ligados a presuntos hechos de manipulación de testigos, como lo solicitó la Fiscalía ante el Juzgado 44 Penal de Bogotá.  

Ya no importará la (posible) condena, porque ya uno de sus pupilos tomó la delantera sin mover un dedo. Titula Valora Analitik: “Miguel Uribe lidera por primera vez encuesta presidencial para 2026, le siguen Vicky Dávila y Gustavo Bolívar”. Solo resta esperar con paciencia a que se recupere y levante de la camilla de la clínica Santa Fe y se ponga al frente de su candidatura. También es posible que siga creciendo en las encuestas sin que tal cosa ocurra por ahora.

Ustedes me corregirán, pero creo que es la primera vez que un candidato convaleciente —y en cuidados intensivos hasta dónde informan los medios— obtiene el favoritismo sin estar en campaña. La prensa colombiana ha hecho un buen trabajo poniéndolo de día y de noche en la primera plana, ¡qué mejor campaña que esa! Dice un amigo con jocosidad: “Como los aguacates, lo madurarán a punto de periódico”.

Según la nueva medición, Miguel Uribe Turbay alcanza un 13,7 % de respaldo. Era de esperar que el efecto mediático de esta cobertura periodística positiva, pues recordemos que antes del atentado apenas tenía 4,4% de favoritismo, empatado con María Fernanda Cabal, según otro sondeo de mayo de 2025.  “Los del Centro Democrático no despegan”, resumió entonces La Silla Vacía. Bueno, ya uno de los suyos despegó, con lo cual queda demostrado que los milagros sí existen. 

En marzo, sobre otra encuesta escribí lo siguiente: “Con Dávila y Bolívar en el partidor, la encuesta de Guarumo parece más bien una trampa bien diseñada para que Bolívar y el propio presidente se crean el cuento de que el libretista tiene algún chance, cuando los votos que obtuvo para la alcaldía de Bogotá (571.591), apenas lo situaron en el tercer lugar, perdiendo frente a Carlos Fernando Galán (casi triplicó con 1.497.596 votos) y frente a Juan Daniel Oviedo, que obtuvo 614.233 votos”.

Ese párrafo está vigente, solo que ahora el partidor lo encabeza el nieto del expresidente Julio César Turbay Ayala, quien en algún momento tendrá que levantarse como Lázaro para ir por sus votos. Y tendrá que hacerlo de la mano de un uribista pura sangre, pues sus rivales al interior del partido le criticaron precisamente el hecho de no ser uno de ellos, según ellos.

Petro sabrá el momento indicado para soltar el nombre de un candidato capaz de causar otro terremoto político.

Este lunes dice un titular de El Espectador: “Centro Democrático busca recomponer campaña tras 30 días del atentado a Miguel Uribe”. 

Ya no tienen nada qué recomponer. Ya el candidato oficial tiene nombre y apellido. Ahora deben agarrarse de los cabellos a ver quién será su vicepresidenta, porque la intuición política dicta que será una mujer, entre Paloma Valencia –la más opcionada por mostrarse en apariencia moderada- y María Fernanda Cabal, con menos opción, pues usa el mismo lenguaje incendiario que ha caracterizado a Miguel Uribe Turbay, a quien ya veo con un discurso totalmente opuesto, conciliador y con una Derecha que nos dirá que tiene, ella sí, las llaves del acuerdo nacional, llaves que nunca aparecieron desde aquella vez, junio de 2022 en que se sentaron a conversar Gustavo Petro y Álvaro Uribe, cuando ni siquiera había empezado el gobierno del primero. ¿Se acuerdan que acordaron buscar un “canal de diálogo”

En cuanto a los otros precandidato del CD, Paola Holguín y Andrés Guerra, son simplemente unos perfectos desconocidos. Pero la caucana (Paloma) y la vallecaucana (Cabal) deben saber que si al final del día la candidatura de Vicky Dávila no cuaja, es posible que sea la tercera en discordia para ser posible candidata a vicepresidenta de Miguel Uribe. El río suena, ojo a las piedras.

Sin embargo, por ahora el uribismo no tiene nada ganado y en el escenario hipotético de que Álvaro Uribe vaya a la cárcel, cualquiera sea el candidato oficial del Centro Democrático se la vería a gatas para ser una opción real, pues la condena pesará en los titulares tanto como los titulares han pesado en la nueva encuesta. Y queda el interrogante de si Miguel Uribe estará apto y plenamente recuperado dentro de los tiempos del calendario electoral, porque si eso no ocurre el uribismo quedará como al principio: en el peor de los mundos.

Además, se da por descontado que el ajedrez político se moverá de nuevo apenas Gustavo Petro diga quién será su protegido o protegida para las elecciones del 2026, y no creo, como ya lo dije, que sea Gustavo Bolívar como insisten las encuestas, pues aunque tiene fama de ser un gran ser humano creo que otros candidatos se lo comerían vivo, y algo parecido le pasará a Vicky Dávila, cuando arranquen los debates, porque ser político es una cosa y periodista otra.

Guarumo y EcoAnalítica Medición y Conceptos Económicos S.A.S. Se realizaron 2122 encuestas, presencial a hogares, del 1 de julio al 5 de julio de 2025.

Vicky decrece (del 15,1% en febrero de 2025 paso al 11,5% en junio), lo que muestra que su salida temprana al ruedo no le ha hecho ningún favor y su continua peleadera, más la mera mención de su nombre en los audios de Álvaro Leyva con él fraguando una supuesta conspiración para tumbar al presidente, han terminado por debilitarla más. En una de esas peleas a través de la red social X, Humberto De La Calle le dijo: “Tu campaña va en caída libre”.

De los resultados de la encuesta se deduce que, mal contados, el centro tiene el 26.5% de preferencia, la derecha alrededor de un 30%, en tanto que la izquierda un 28% con la ventaja de tener presidente en el poder, cuya desempeño fue calificado como bueno o excelente por el 38,7% de los encuestados. Tienen con qué dar la sorpresa si juegan bien sus cartas a pesar de tener en contra a los medios tradicionales. Mi voto será por la izquierda. Considero que Miguel Uribe o Vicky Dávila serían la versión 2.0 de Iván Duque y creo que sobran las explicaciones. La ley 17 de Las 48 leyes del poder dice: “Mantenga el suspenso. Maneje el arte de lo impredecible”. Petro, que es un animal político, sabe que las presidenciales siguen en stand by más allá de lo que digan las encuestas, y sabrá el momento indicado para soltar el nombre de un candidato capaz de causar otro terremoto político. Ese día será el verdadero comienzo de la campaña para encontrar a su sucesor. “Yo, afán no tengo”, dirá él, parafraseando al TikToker Camilo Cifuentes. 

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