Víctor Alarcón Zambrano
Si algo heredé de mi padre fue que la dignidad, el respeto, el amor y la honradez no son negociables.
En una columna pasada destaqué el haber sido testigo que solo dos personalidades habían defendido a Colombia ante el mundo en la culpa única por el negocio ilícito del narcotráfico, Belisario Betancur y Joe Biden.
Que yo recuerde, e invitó al lector a corregirme, nadie tildó al presidente Betancur de irrespetuoso, beligerante, apátrida, loco o exagerado por haberle cargado a Estados Unidos la culpa que tiene en este negocio. Y repito, tanto él como el mismo secretario de Estado americano, George Schultz, en 1982, hace 42 años coincidieron en que era una batalla fracasada. Y traigo este recuerdo a raíz de lo que ha dicho el presidente Petro en Naciones Unidas, quien con verraquera, sin miedo, con frente alta y dignidad Colombiana, ha repetido que Estados Unidos también tiene culpa en el narcotráfico, que es batalla perdida y que el más perjudicado es nuestro país, donde ponemos muertos civiles y policías, que en campos hastiados de matas de coca combaten el negocio.
No se entiende, cómo muchos compatriotas se rasgan las vestiduras criticando la defensa presidencial, tanto en este caso, como en la deportación de ilegales colombianos, encadenados de pies y manos. El señor Petro ha levantado una justa digna y valerosa voz de protesta para exigir justicia. Increíble que los colombianos por puro odio a la izquierda no valoren de la magnitud de la defensa.
Quien escribe, fue testigo en 26 Asambleas Generales de la Naciones Unidas y solo un presidente colombiano, Belisario Betancur, tocó el tema aunque sin mencionar a Estados Unidos. Quizás las palabras empleadas por señor Petro y el tono no fueron los más acordes con la solemnidad y protocolo de la Asamblea, pero lo admirable y valeroso es el fondo del contenido, y esto, es innegable.
Decenas de reyes, presidentes, jefes de estado, primeros ministros han desfilado por el mismo podio y ninguno tuvo el valor y la franqueza para criticar a una potencia y mucho menos declarar que la organización mundial es endeble e inoperante cuando de verdad se necesita su intervención. Y ninguno, ha tratado el tema del narcotráfico como un enemigo de la sociedad y de la salud mundial.
Se entienden estas críticas acerbas cuando vienen de los setenta y tantos precandidatos actuales, (ninguno de ellos va a ser presidente, Dios nos libre!!), la mayoría sin mérito alguno, que aspiran a manejar el país. Y se entiende porque todos sin excepción, basan su campaña en críticas al actual gobierno sin ofrecer nada nuevo ni concreto. Todo esto es erróneamente válido en la arena política, donde la suciedad es el capote para atrapar al toro, léase voto. Pero no se entiende la crítica cuando viene del pueblo, quien al fin de cuentas es a quien se defiende.
Cómo no reclamar y defender nuestra lucha y nuestros muertos en la batalla contra el narcotráfico, y el respeto por los hermanos que solo buscan oportunidades en otro país y son encadenados y tratados como criminales.!!!
Estados Unidos no va a pelear con Colombia, ni viceversa. Con errores y aciertos ese país nos ha ayudado, lo agradecemos, pero también nuestra mano de obra y nuestros productos y capacidad humana han contribuido a su desarrollo. Colombia es clave y gran aliado en el continente y son muchos los lazos comunes que nos unen.
Los dos países se favorecen mutuamente con una relación consolidada, sólida y necesaria desde hace muchos años. Como dos novios que tienen sus diferencias, nada mejor que decir la verdad y arreglar las cargas.
Definitivamente nos falta independencia de pensamiento. Solo repetimos, difundimos y alabamos como borregos los errores orales de quienes mal llamamos jefes políticos y lo que nos llega por las redes sociales, sin que impongamos nuestro propio pensamiento y análisis. Ya ni siquiera somos capaces de defender nuestra propia dignidad de patria. Que tristeza!!!
Otra cosa muy distinta y censurable es la presencia del presidente en una
manifestación en las calles de Nueva York a favor de Palestina. Esto ocurrió esta tarde, cuando cerrábamos nuestro artículo. Ya el señor Petro había expresado su opinión oficial en la sede de las Naciones Unidas y en consecuencia estaba por demás sumarse a un espectáculo callejero, valido sí, pero no para la presencia de un jefe de estado. Esto le ha costado la revocatoria de su visa para entrar a Estados Unidos. Y es que ningún ciudadano extranjero puede estar protagonizando actos que perturben elorden y la paz publica en ningún país. Creo que ahí se le fueron las luces a pesar de la validez de su acción y pensamiento.