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“Desde que Petro es presidente no he hablado con él”

Sergio Fajardo lanza tercera candidtura presidencial

Guillermo Pérez Flórez

Sergio Fajardo Valderrama (68), se apresta a encarar su tercera candidatura presidencial. Ya no es un novato. Las encuestas lo muestran como una de las personas con mayores posibilidades de llegar a la presidencia en 2026, lo cual no es extraño, así ha sido en anteriores oportunidades. Luce sereno, aunque con cierta ansiedad de superar el estereotipo de ‘tibieza’ que sobre él han construido. Quizás debido a ello, hace afirmaciones más directas y contundentes. Reivindica que ha sido coherente con sus convicciones.

La campaña ha comenzado extremadamente temprano. Fajardo lo tiene claro. “Fíjate – me dice – justamente hoy 31 de mayo, dentro de un año estaremos votando para presidente”. En el mundo actual todo transcurre a velocidad de vértigo, un año es una eternidad y pueden pasar muchas cosas. Quizás por ello, aún no se han echado al agua algunas personas. Prefieren que los novatos, y que quienes tienen necesidad de ‘robar cámara’ (que no es su caso), le pongan el pecho a la brisa, mientras esperan el momento.


¿En qué anda Fajardo?

Recorriendo a Colombia. Es chévere ir a todos los lugares, conocer y escuchar gente distinta. Es impresionante lo que voy descubriendo, y disfruto ese contacto con la gente en las calles. Lo que no me gusta son reuniones con políticos, encerrados hablando paja. Yo aprendí a ser política a pie. Yo lo que he dicho, socialmente nací privilegiado, pero en política, soy proletario.

¿Eso quiere decir que ya tomaste la decisión de ser candidato?

Claro que sí. Estamos trabajando. Esto tiene diferentes etapas. Hay muchas personas que están aspirando, mucho desorden, pero el camino mío es distinto. Esta es mi tercera campaña y media, y digo media porque en 2010 con Antanas Mockus, fui su candidato a la vicepresidencia, pero me caí de mi bicicleta, me quebré la cadera y no pude participar. Mi camino en esta ocasión es distinto. Cada uno tiene su recorrido, tiene su historia. Yo estoy muy contento con lo que venimos haciendo, manteniendo una línea coherente, consistente en reivindicar el valor de la política por la que empezamos a luchar hace 23 años y medio, mostrando que se puede hacer política de una forma diferente.

¿Eso significa que no vas a participar en consultas interpartidistas?

Nosotros no hemos hablado de ninguna consulta de esas que se harán en octubre. Lo primero que estamos haciendo es la construcción de una lista única para el Congreso de la República, en alianza con MIRA, Dignidad y Compromiso y el Nuevo Liberalismo. Yo no participo en los detalles. Vamos bien, porque esta voz se está escuchando por toda Colombia, y siento que cada vez tiene mayor acogida.

¿Esa alianza con el Nuevo Liberalismo supone que va a haber una reedición de la coalición “Centro Verde Esperanza”? Juan Manuel Galán también aspira a ser candidato.

De eso no hemos hablado. Toda la conversación ha sido alrededor de las listas para el Congreso. Cada uno en su espacio, cada uno en su camino. Nosotros no vamos a reconstruir la coalición “Centro Verde Esperanza”, que fue un fracaso. Vamos para adelante, aprendiendo de las experiencias.

¿Cuáles son a tu juicio los tres problemas más grandes del país y que mayor atención demandan?

En 2026 vamos a tener el gobierno más difícil en la historia de Colombia. De la historia reciente. Explico por qué. Esa posibilidad de viajar por Colombia, de recorrer diferentes espacios, me ha permitido conocer más el país. En general, la gente es querida, amable, cariñosa. En Colombia hay unas élites y hay unas personas con mucha riqueza, pero son muy pocos, realmente. Hoy hay una gran polarización, que refleja tristezas, rabias y miedos. Y una palabra que está muy en la mente del mundo joven, incertidumbre. Es una Colombia amarga. El nuevo gobierno, que nosotros vamos a liderar, tiene que ser capaz de convocar a la izquierda, al centro, a la derecha, para sanar a Colombia. Ya hemos tenido bastante confrontación.  Hay un lenguaje de los que van insultando y maltratando. Colombia está agotándose y nos tiene que agotar a muchas personas porque del miedo y la rabia no va a salir nada bueno.

¿Cuáles son esos temas? 

Hay un grupo en cuidados intensivos. La seguridad, por ejemplo. La seguridad asociada con la política de paz. La paz total se convirtió en una crisis de seguridad ciudadana. El mundo de la salud también. Hoy cualquiera de nosotros conoce a alguien, a la que no le dieron la atención cuando le correspondía, que le dicen venga dentro de siete meses, personas que tienen que comprar de su bolsillo las medicinas para la mamá porque no la atienden, como la atendían hace un tiempo, y no hay medicamentos ni servicio. Más de 900 municipios en riesgo de salud. El deterioro de los hospitales públicos, con un gobierno que controla más de la mitad, es un problema muy serio. Deudas que crecen, recursos que no llegan. 

El tema energético, y eso que ha venido lloviendo y eso nos ha ayudado un poco, pero el tema energético en la costa Caribe no es cualquier trivialidad. Hay una cantidad de deudas acumuladas. Ya estamos viendo lo que pasa en Ecopetrol. Es la mina de la corrupción, del desgreño, del deterioro, la no exploración, la falta de reservas por decisiones equivocadas. Esos son temas para arrancar en emergencia, que tiene que tratar un gobierno con gente que tenga experiencia, capacidad para solucionar conflictos y revisar lo que está pasando. 

La corrupción que estamos viendo me produce indignación y aquí se ha trivializado. Hay gente que dice: “Bueno, pero así es, así ha sido toda la vida. Toda la vida ha habido corrupción. Se necesita eso para poder sacar adelante las reformas”. Desde mi perspectiva, no podemos aceptarlo. No podemos aceptar que esa sea la forma de hacer la política. 

Recuerde lo que dijo el señor Benedetti. Lo escuchamos en sus propias palabras. Que si él hablaba todo esto se iba a la …  ustedes ya saben para dónde, son las palabras que él utiliza. Ese mismo señor, hoy es el copresidente de Colombia. Lo dijo Gustavo Bolívar: “Le vendimos el alma al diablo”. ¿Y quién fue el comisionista? Benedetti. Y le están pagando la comisión, siendo copresidente, la figura central. Eso es una calamidad. Otro tema dentro de este mundo, es la relación entre el gobierno y los territorios. No puede ser, y lo digo desde la experiencia, porque yo tengo experiencia para gobernar, porque fui alcalde de Medellín, y gobernador de Antioquia, relacionarse por afinidades o antipatías.

¿Y qué se necesita para manejar esos problemas? 

La primera condición de un buen líder es ser capaz de formar equipos. Gran parte del éxito está asociado con nuestro trabajo han sido los equipos que formamos. La capacidad de organizarlos para cumplir las tareas. Y no puede ser que en Colombia la forma como el gobierno nacional se relaciona con los territorios dependa de la simpatía del Presidente con gobernadores, gobernadoras, alcaldes o alcaldesas. Yo rompo con eso. Trabajar con todos, repito, independientemente de la simpatía política. Así lo hice en Antioquia con 125 municipios. Y por supuesto, donde yo esté, la educación, la ciencia, la tecnología, la innovación, el emprendimiento y la cultura serán los ejes de la transformación

Para atender los cuidados intensivos, ¿tú dirías que debe haber más Estado o más mercado? 

No se puede poner la receta en esos términos. Por ejemplo, en el tema de la salud, hoy, la maneja más de la mitad el Gobierno, con toda esa incapacidad y esa forma como lo ha venido haciendo. El ministro Guillermo Alfonso Jaramillo, ha sido un adalid de la confrontación. Tenemos que ser capaces de articular. Yo creo que el Estado tiene que jugar un papel muy importante en las bases de esta sociedad. Debe tener capacidad de distribuir, de atender los diferentes frentes de una sociedad tan desigual como la nuestra. Que en Colombia hay unas desigualdades profundas, eso está clarísimo, son desigualdades en términos de personas y regiones, y eso lo tenemos que reconocer. Creo en la educación pública, gratuita y de calidad, y la tenemos que fortalecer, pero no significa que tenga que acabar con la educación privada. Tenemos que hacer esfuerzos para construir, fortalecer lo público, garantizarles a tantas personas que necesitan las condiciones mínimas para tener una vida digna. Se necesita un Estado fuerte, de la mano de una actividad empresarial productiva. El Estado conduce, sí.  Es la plataforma donde nosotros nos paramos. Lo que está pasando es destrucción, no transformación. 

Nosotros no vamos a volver a como estaba esta Colombia antes, en 2021; tenemos que hacer las cosas de una manera que nos permita hacer transformaciones sociales e igualmente entender la dimensión del problema de seguridad. El agobio que hay con la inseguridad es impresionante. Se necesita una fuerza pública sólida para construir la paz, que ocupe el territorio, al cual hay que llegar con intervención del Estado. En muchos lugares de Colombia no hay Estado. ¿Quién habla hoy del Catatumbo y del Chocó?

¿Vas a impulsar una reforma política y electoral? Porque si aquí no hay una reforma a fondo de la política, si no hay una regeneración democrática, podemos tener a Sergio Fajardo en la presidencia, pero en el Congreso lo van a tratar de maniatar, de condicionar… 

Mira, yo tengo claro cómo hacerlo. Y por eso vamos a convocar a la izquierda, al centro y a la derecha, en todos estos espacios hay gente valiosa, honrada y capaz que quiere este país. Ahora, el que gana escoge la cancha donde se juega y las reglas con las que se juega. Vamos a trabajar con todo el Congreso, no vamos a repetir la misma película, porque esa es la trampa en la que nos tienen atrapados. Ya hemos visto los ministros del Interior, Prada, Velasco, Cristo, Benedetti, y hemos visto qué ha pasado. ¿Qué crees que piensa un ciudadano común y corriente cuando ve lo que pasa allá? La forma como están hablando, la confrontación, ¡pues detesta la política! Nosotros tenemos que hacer una política diferente, y podemos convocar, y hablo desde la experiencia. Si uno es capaz de decir no, las cosas cambian. Yo fui alcalde, fui gobernador. En la alcaldía teníamos 2 concejales de 21… y todos los proyectos nos los aprobaron

¿Tú crees que es extrapolable lo local a lo nacional?

Claro que sí, y en la Asamblea departamental también y en Colombia también se puede, es que la trampa es que nos han pretendido hacer creer que no se puede. ¿Por qué no?

¿Se puede cambiar la política sin cambiar las reglas? 

Mostremos que se puede actuar diferente y eso depende de la voluntad de quienes estemos ahí. Primero demos ejemplo, y después hacemos la transformación. Primero intentaremos eso, y después haremos una reforma política concertada, lo que ha pasado es que no la han hecho ni la van a hacer. Sin caer prisionero y sin arrodillarse. Todo se puede hacer con transparencia, explicándole a la gente, sin robar, sin hacer trampa. 

Estás lleno de buenas intenciones. Y eso debería funcionar, debería ser suficiente. Sin embargo, las estructuras políticas no son locales, son nacionales. Entonces, ¿cómo harás con los partidos que se declaren en oposición

Pueden declararse en oposición y el que quiera trabajar, trabaja y el que no quiera trabajar, no trabaja. Estaré dispuesto a hacerlo con todos. Yo quiero ver cuántos alcaldes y gobernadores me dicen que no. Ninguno. Podremos discrepar. Pero hay que cambiar esta cancha donde nosotros estamos jugando. El presidente Petro se enfrenta con los gobernadores. Se enfrentó con la gobernadora del Tolima por la pésima atención del Gobierno por el tema de la malaria, que de hecho ya nadie habla de la malaria… 

… sí, el último en hablar de la malaria fue Manuel Elkin Patarroyo…

Bueno, por eso. Esa confrontación entre el presidente y la gobernadora diciendo, por favor, pónganos atención en esto. Mire a Jaramillo, el ministro de Salud, no coordina con la Gobernadora del Tolima lo de la fiebre amarilla. Hay que comenzar por respetar. Y cuando uno se respeta, puede trabajar en conjunto a pesar de las diferencias. Pero lo que nosotros tenemos que saber es construir y yo sé hacer eso. Esa es mi experiencia personal en Antioquia, cuando yo fui elegido gané en solo 5 municipios de 125. Yo no me puse a pelear con ellos porque no habían votado por mí. Les dije, aquí yo lo voy a respetar a ustedes y vamos a trabajar por la comunidad. Pero como estamos en estos tiempos que, para destacarse, hay que insultar, gritar, agredir a las personas… Yo voy a ser respetuoso con todos. ¿Vos crees que me van a decir no, aquí no venga porque usted no me gusta, porque es hincha del Medellín o porque es de Dignidad y Compromiso?

¿Cuántas veces en lo que va de este gobierno has hablado con el presidente Petro?

Nunca. Por una razón muy sencilla. El señor presidente Petro nunca en su vida me ha llamado. Yo sí lo llamé a él en 2016, como llamé a varios líderes. ¿Sabes, la única vez que me ha llamado el señor presidente Petro cuándo fue? En 2022, después de que pasó la primera vuelta, me llamó a decirme: ¡unámonos! Yo le dije que no. Nunca. Y jamás una palabra.

Pero si no habla con sus ministros, qué va a hablar conmigo… He oído las historias de que no habla con la gente con la que trabaja. Y entonces cómo va a gobernar así. La primera condición de un líder es la capacidad de armar un equipo. Y cuando armas un equipo, trabajando con personas a quienes estás motivando, a quienes estás inspirando, puedes sacar lo mejor. El señor presidente Petro no arma equipos. Has visto cómo los trata, cómo se relaciona con sus ministros. Así no se avanza. Yo soy una persona respetuosa y me moriré respetuosa. No nos tiene que dar pena eso. Vamos a construir para superar la rabia. Basta con una palabra, un insulto HP y ya quedó. Valiente es el que reconoce. Valiente es la empatía. Valiente es la solidaridad. 

Petro no te ha llamado desde que es presidente. Te llamó en 2022 para pedirte que se unieran. Y ahora en el 26, si eres presidente ¿tú llamarías a Petro?

Puedes tener la certeza de que cuando yo sea presidente, y así va a ser, voy a convocar a la izquierda, al centro y a la derecha. Yo puedo llamar al presidente Petro, al presidente Uribe, al presidente Duque, al presidente Gaviria, al presidente Pastrana, a todos los puedo llamar y les puedo poner atención. Lo primero que les puedo decir es: ¿usted cómo ve las cosas? ¿Qué siente? ¿Qué recomendación me da? Yo no tengo problema con eso. No me ando con malestares ni con rabia ni con resentimientos.

Pasemos al campo internacional. ¿Cómo ves la situación y cuáles serían las líneas de política exterior?

Tenemos un desorden muy grande. Ya hemos visto qué pasó con Leyva, con Murillo y ahora con Laura Sarabia, que no estaba preparada para el cargo, yo no la conozco, se ve que es juiciosa. Pero mire las relaciones internacionales. Ayer, el presidente de Colombia, que tiene un liderazgo en la Asociación de Países del Caribe, no fue al evento, que era en Cartagena y lo hizo pasar para Montería. No sabes lo que cuesta eso, y no apareció y dejó al presidente de Panamá allá solo. ¿Eso qué significa? Que no hay seriedad. Aquí se convirtió en un chiste que el presidente no llega, que se desapareció y no sabemos dónde está. Puede estar enfermo. Es legítimo estar enfermo, pero se desaparece. Lo primero es organizarnos, ponerles seriedad a las relaciones exteriores. Para eso está la diplomacia, para eso son las personas que saben negociar. Entonces, el primer punto en las relaciones exteriores, y en todo, seriedad y organización. ¿Quién es el ministro de Comercio hoy? Y estamos hablando que vamos a entrar a la Ruta de la seda. Es que la diplomacia es una cosa muy seria y requiere de métodos.

Fortalecer la cancillería va a ser un punto clave … 

Es que está muy deteriorada. No sabemos en qué estamos con Venezuela. ¿Quién sabe en qué estamos? El presidente, cuando está en una manifestación, decide, toma decisiones. ¿Tú crees que se sienta con la canciller a tomar decisiones, a mirar las implicaciones de lo que dice? Nunca. Hay gente que lo quiere, y yo entiendo y lo respeto, que votó por él. Es legítimo que hayan votado por él. Yo no descalifico a una persona por eso. Pero que este es un mal gobierno, no tengas la menor duda. Y no es por rabia, cero rabias. Yo no tengo rabia en la vida.

Y en materia de relacionamiento internacional, ¿cómo ves, por ejemplo, las relaciones de Colombia con Estados Unidos, con Europa y con China? ¿Cuáles serían tus líneas?

Además de fortalecer la cancillería, ponerles orden a las cosas. Quien conduce debe tener la cabeza bien puesta. Yo tengo método, rigor, formación como matemático. Estados Unidos. El presidente es Donald Trump, y ese presidente me tocará a mí. Yo no tengo simpatía por Trump. No me gusta lo que hace con las universidades, un daño a la humanidad. Yo estudié en Estados Unidos. Yo hice el doctorado allá. Mis hijos han hecho sus doctorados allá. No tengo simpatía con él, pero es el presidente de los Estados Unidos, y cerca del 40% de las exportaciones de Colombia van allá. Hay un tratado de libre comercio. Lo podemos revisar si quieren. Hoy estamos en riesgo de que nos descertifiquen. Yo no sé si recuerdas que el otro día Petro dijo, yo creo que me quitaron la visa. Él quiere que se la quiten. Le escribe cartas y mensajes a Trump retándolo. 

Tenemos que diversificar las exportaciones, que también es parte del trabajo de la Cancillería, que va de la mano del Ministerio de Comercio Exterior. Dime, ¿qué propuesta de diversificación hay? Si no hay ni ministro. Desde que se fue Germán Umaña realmente eso ha estado casi que al garete. 

Hay una relación directa militar de Colombia con los Estados Unidos de décadas, y eso no es a los madrazos, hay que tener mucho cuidado. En el mundo secreto de inteligencia la colaboración tiene que ser seria. Debemos tener buenas relaciones con China. Hay oportunidades con diferentes países. Vamos a diversificar, pero tener cuidado.

Y con América Latina, ¿cómo las relaciones con Venezuela, por ejemplo?

Vamos a ver qué nos entregan. ¿Te acuerdas que el presidente Petro, al comienzo, yo no sé cuántas veces salía de la oficina y decía, arréglenme el avión que voy a encontrarme con Nicolás? ¿Están trabajando en la frontera, en el Catatumbo, donde sabemos que hay esa frontera porosa? Ahora, el gobierno de Venezuela, se robaron las elecciones. Es una dictadura. Le robaron las elecciones a Edmundo González. Y las elecciones que acaban de pasar, pues, fueron un testimonio, de un país donde el voto es obligatorio, solo votó el 25%. El primer embajador de Colombia en Venezuela, con Petro, ¿te acuerdas quién fue? Sí. ¿Qué hizo? Nada, ¿Sabes cómo se llama el embajador hoy? Yo no me acuerdo.

Yo sí. Es tolimense

Bueno, entonces, ¿y qué labor está haciendo? No sabemos. A todo esto, hay que ponerle transparencia, método, seriedad. 

Hablaste de Ecopetrol y eso me lleva a dos temas. Uno, transición energética, y dos, el tema de volver a perforar. ¿Vas a aplicar el lema de “Drill, Baby, ¿Drill? 

Ese lema lo tenían también Obama y Biden. Nosotros tenemos que explorar el petróleo y el gas. De eso no tengamos duda. Con rigor ambiental, por supuesto. Pero tenemos esa riqueza. Y dime, ¿cuánto hemos avanzado en la transición energética en este gobierno? ¿Nos vamos a quedar sin la exploración que se necesita para tener recursos para las inversiones sociales? Es que el petróleo que nosotros saquemos, el gas que saquemos, tiene que ver con nuestro consumo y con la riqueza para las transformaciones sociales. Y tenemos que avanzar a pasos agigantados en la transición energética, a las renovables, alternativas, sin duda, la eólica y la solar. Tenemos una suerte grande de tener hidroeléctricas que siguen siendo energías limpias. Y cerca del 70% depende de esas hidroeléctricas. Pero tenemos que explorar. Lo mismo dice Lula y lo mismo decía López Obrador, si quieres tener dos personas del mundo de la izquierda. 

Para despedirte, ¿cuál es tu referente histórico en Colombia? ¿Con quién te identificas?

A mí siempre me gustó Alfonso López Pumarejo, por el papel que le dio a la educación pública, fue quien creó la Universidad Nacional. Mi familia es de origen liberal. Y cuando uno va creciendo, yo, por ejemplo, recuerdo a mi papá cómo admiraba a Carlos Lleras Restrepo y a Alberto Lleras Camargo. 

Eso de López Pumarejo me encanta, no solo por afinidad ideológica, sino porque es paisano, era hondano. 

¿Ahora me vas a resultar familiar de López Pumarejo? 

Ja, ja, ja, no tanto. Mis ancestros son de origen paisa. Tengo más posibilidades de terminar emparentado contigo.

Es posible. María Ángela se burla de mí, me dice, ustedes los paisas todos son primos

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