Víctor Alarcón Zambrano
Cuando uno está en condición tiene amigos a granel, pero si el destino cruel hacia un abismo nos tira, vemos que todo es mentra y qe no hay amigo fiel.
Así lo afirma Oscar Agudelo en una de sus canciones. Y así lo atestiguan tres combates en grandes “rines de boxeo” en dos países, con contendores diferentes pero todos por un motivo similar: EL PODER. El cartel de hoy tiene tres peleas: preliminar Saravia vs Benedetti, medio fondo Petro vs Leyva y de fondo Trump vs Musk.
Elon Musk, el hombre más rico del mundo, propietario y cerebro de varias empresas pero entre ellas dos muy importantes TESLA Y SPACE X, con contratos actuales por 22.000 millones de dólares con el actual gobierno americano.
Según datos de la revista Forbes, el promedio de la riqueza personal de Musk es de 384mil millones de dólares, el cual durante la campaña presidencial de Trump aumentó a cerca de 500mil. Ahora, con su salida de la Casa Blanca, Musk perdió en un día 34mil millones, las acciones de TESLA bajaron a $284.70 y por orden de Trump se cancelan todos los contratos que tenía con el gobierno.
Todo esto ocurre como consecuencia directa de una pelea casada entre empresario y presidente. Musk, era uno de sus más importantes asesores, designado como el jefe del departamento de Eficiencia Gubernamental. Tenia una relación directa con Trump, tan especial que hasta sus hijos se subían al escritorio del presidente a jugar.
Todo era luna de miel. Pero Trump presentó al Senado, contra la oposición de Musk, un proyecto de ley (que busca eliminar entre otros rubros, créditos estudiantiles, créditos para investigación y desarrollo de vehículos eléctricos, crear impuesto a las remesas que envían a sus países trabajadores sin documentos legales en el país. La Cámara lo aprobó y está en proceso en el Senado. Y ahí fue Troya!!!. Musk se sintió directamente afectado en sus negocios y aunque el presidente lo condecoró entregándole las llaves de oro de la Casa Blanca, renunció.
“Es un proyecto abominable que causará un desastre fiscal a la nación”, aseguró.
La oficina de prensa de la casa Blanca solo respondió: “Es un episodio infortunado porque el proyecto no incluye lo que él pretendía. El presidente está enfocado en su aprobación y en hacer grande el país de nuevo ”.
Se acabó la amistad, el compadrazgo y el amor por el pueblo americano. Y de la diferencia profesional se pasó al ataque personal. Ayer Musk sorprendió con la revelación de que Trump hace parte de la inexistente y mal llamada “lista” del desaparecido Jeffrey Epstein, quien en West Palm Beach, Florida, atendía a sus clientes y amigos en orgias sexuales con menores de edad. En esta lista de posibles depravadores aparecen nombres famosos como el príncipe Andrés de Inglaterra, Michael Jackson, Bill Gates y el expresidente Bill Clinton, aunque esto nunca se ha podido probar.
Al respecto, Trump aseguró en una entrevista: “Si, conocí a Jeffrey como todos en West Palm Beach porque era una figura muy popular”.
Musk fue más allá. “ Sin mi ayuda Trump no sería el presidente. Le entregué 277 millones para su campaña. Que ingratitud”
Ayer pidió al senado enjuiciar al presidente y destituirlo. Propuso crear un nuevo partido político y aseguró que desmantelará la nave DRAGON, que es el medio que utiliza la NASA para transportar carga y astronautas al espacio, lo que significaría una dura pérdida, no solo económica, sino en atraso para el programa espacial.
El presidente, ante la insistencia de la prensa solo ha respondido con frases como estas: “Me pregunta sobre el chico que perdió la razón? Estoy concentrado en mis programas y no tengo tiempo para pensar en Elon. No hablaré con él en un buen tiempo. El pobre chico tiene su problema. Le deseo lo mejor”
En marzo pasado, Elon y el presidente aparecieron en el jardín de la Casa Blanca exhibiendo con mucho orgullo y satisfacción un carro Tesla rojo, que el presidente le compró. (o Elon le regaló??). Ahora Trump ha dicho que no le gusta el carro y que está en venta.
Trump afirma que no le importa el tema y Elon solo ha respondido “Buena idea” cuando un ciudadano aconsejó en las redes sociales que los dos debían bajar el tomo por un par de días y conciliar.
La pelea puede tener consecuencias políticas impredecibles si Elon mantiene su postura de oposición. Podría aportar millones de dólares a la próxima campaña senatorial a favor de los demócratas que solo pierden la mayoría en el congreso por un voto.
De otro lado, el presidente podría llegar a usar su poder y deportar a Elon, nacido en Sur África, ciudadano canadiense y desde 2002 ciudadano americano, dentro de su plan de deportaciones.
La pelea está casada. Un gran empresario contra el presidente de una potencia mundial. ¿Quien vencerá? Esto está para alquilar balcones.